
'Romper las reglas (azul)' (fragmento), 2025. Foto: Tono Arias
Amaya González Reyes: pensar/clasificar las emociones y los sentimientos
La galería Trinta, de Santiago de Compostela, que este año celebra su cuarenta aniversario presenta el retorno al circuito de la artista Amaya González Reyes.
Más información: Alicia, espejo psicodélico del siglo XXI: del Oxford victoriano a una rave existencial en CaixaForum
Comencemos deteniéndonos en el título, en el uso del paréntesis que ha hecho Amaya González Reyes (Sanxenxo, 1979) tanto aquí como en proyectos anteriores. Este signo dual utilizado para insertar dentro de un enunciado una información adicional o explicativa, es empleado por la artista para introducir nuevas opciones de lectura. Y ese es su primer gesto: una disrupción que nos invita a modificar la enunciación de un discurso. Técnica(mente) im(perfecta).
En su trayectoria nos hemos encontrado propuestas revisionistas del arte conceptual, descreídas y críticas con el sistema del arte, que evidenciaban una obra procesual atravesada por semánticas escultóricas y performáticas. Hemos hallado esclarecimientos dentro de acumulaciones, tan precisas como aparentemente desordenadas: obras donde convivían instinto y conocimiento, vida y arte. Y con esas consideraciones, entramos en la exposición, atraídas por unas obras en las que discernir interferencias, tan ligeras como densas.
Entropía, 2025. Rectilíneas, polígonos y figuras curvas trazadas con un portaminas. Leemos geometrías, medimos ángulos y los clasificamos confirmando normas y nomenclaturas relativas al dibujo técnico. Líneas de tiempo y momentos concretos.

'Conectoma', 2025. Foto: Tono Arias
Sobre un tejido de formas geométricas hay elementos que miden el tiempo (palabras y fechas concretas), apuntes de bocas, grandes y pequeñas, adultas e infantiles, que hablan, gesticulan o posan.
(Re)Dibujar las líneas del destino. Sobre una capa de figuras curvas, González Reyes dibuja sus manos en distintos movimientos y, como un nuevo sustrato, las líneas quirománticas de la palma se desplazan por la superficie del papel.
Atrás quedaron normativas técnicas. Rompe las reglas. Con los restos de cartabones y escuadras configura composiciones antropomorfas. Conectoma, 2025 es una vibrante representación de las redes del cerebro humano señalando interconexiones y funciones cognitivas, emocionales y motoras.
Concluimos con Vistas de la Instalación, una obra tan mínima como esencial e integradora. En ella, la artista hace uso de la matemática gráfica planteando un modo de representación de un objeto sobre un plano: planta, alzado y perfiles sobre las paredes y el suelo del espacio galerístico.

'Estudio sobre la belleza', 2025. Foto: Tono Arias
A partir de esas proyecciones, horizontales y verticales, podríamos reconocer ese objeto, ahora ausente. Su punto de partida: la representación geométrica de la célebre sucesión matemática de Fibonacci. Un guiño a la proporción aurea.
Sentir y… pensar. Estamos ante un proyecto artístico que crea desde el cuerpo y actúa desde el pensamiento, que reclama el lenguaje de la matemática gráfica y los sistemas de representación de la geometría para plantear cuestiones representativas y afectivas. Así nos hemos acercamos a esta exposición, la primera de Amaya González Reyes en la decana galería Trinta, que este año celebrará su cuarenta aniversario.